martes, 9 de junio de 2015

Cómo eliminar una plaga de caracoles



Para los que tienen problemas con los caracoles, les cuento mi experiencia personal con ellos.

Era en ese tiempo en el que había inundaciones por todos lados acá en Buenos Aires. Siempre hubo caracoles, pero no eran un problema, así que nunca los vi como algo malo. En ese momento, los caracoles se empezaron a multiplicar demasiado y se comían todo lo que encontraban, especialmente las plantas más pequeñas.

Probé algunas de las alternativas que se enseñan (cáscaras de huevo, cal, trampas para caracoles) pero no sirvieron de nada y sólo me hicieron perder el tiempo. Por eso, porque me parece importante dar una buena solución desde el principio, ofrezco la mía personal.

Si hubiera tenido gallinas o patos, simplemente hubiera recolectado los caracoles y se los hubiera dado a ellos, pero al no tenerlos, corté un bidón de agua a la mitad, lo llené de agua a medias y le eché sal, mucha sal. A mano, fui buscando los caracoles. Al principio, cuando los echaba en el agua salada, asomaban las cabezas para tratar de escaparse, así que eché más sal y ya no volvieron a salir el resto de los que eché. Revisé todas las plantas de hojas gruesa, como el aloe vera y también abajo de cuanta maceta, tabla de madera o escondrijo posible pudiera encontrar. Lleva tiempo y esfuerzo, pero funciona a la perfección y no hay necesidad de molestarse con preparaciones raras ni sustancias químicas tóxicas.

Algo que también me gustaría añadir es que en una parte había plantas silvestres bajo las cuales notaba que se juntaban caracoles y las corté. Dos meses después, me sorprendió encontrar los cascarones vacíos de lo que alguna vez fueron caracoles. Parece que esas plantas eran importantes para la vida de ellos y, concretamente, creo que bajo esas plantas se escondían de las aves silvestres.

Espero que les sirva, y no olviden recomendar este blog si tienen amigos a los que les guste la huerta. Este sitio se dedica a compartir conocimientos sobre agricultura urbana, para que todos puedan cultivar en sus casas y tener una mejor calidad de vida.

Lechuga




La lechuga es una verdura de la familia de las compuestas que se puede cultivar a lo largo de todo el año. Tiene un ciclo de vida de unos tres a cuatro meses, durante el cual proporciona tres cosechas de una misma planta, si se la corta al ras en vez de arrancarla. En cada vez, la planta se va volviendo más alta, con las hojas más separadas una de otra en sentido vertical y se vuelven más fibrosas.

Una de las mayores ventajas de cultivarlas en nuestra huerta o jardín es que podemos recogerlas cuando aún están tiernas, digamos, cuando son medianas y eso puede dar un toque especial a nuestras ensaladas.

Es una planta bastante pequeña, de raíces cortas y hojas anchas. Para siembra en contenedores, se recomienda unos 20cm de altura o más, aunque incluso con un poco menos podría crecer bien. El tamaño ocupado por la planta adulta podría ser unos 25cm x 25cm o 30cm x 30cm, obviamente depende de la variedad.

La lechuga es uno de los cultivos más sencillos y, por lo tanto, recomendado para el que se inicia en la agricultura urbana. Puede sembrarse al voleo o esparcirlas las semillas y espolvorear por encima con tierra. Mi consejo sería hacerlo en semillero y luego trasladarlas, es la forma más fácil de gestionar el espacio adecuadamente.

Este cultivo se beneficia mucho del nitrógeno, que está en abundancia en el estiércol, pero si se quiere aplicar, asegurense de que no sea fresco. Como mínimo, estiércol de hace un mes. También sería buena idea sembrarla intercalada con alguna leguminosa, ya que éstas fijan el nitrógeno.

domingo, 7 de junio de 2015

Tomate



La tomatera es una planta anual de la familia de las solanáceas. Hay distintas variedades de tomates, destacándose redondos, peritas y cherries. Se usa en ensaladas, guisos y para hacer salsas, entre otros usos culinarios. Aporta una gran cantidad de vitaminas y antioxidantes, por eso es bueno para una alimentación adecuada.

Se recomienda sembrarlo desde fines de invierno, a cubierto, para proteger los plantines de las heladas. Lo favorece el tiempo cálido y necesita humedad para desarrollar sus frutos. El suelo debe ser de preferencia algo suelto y muy rico en nutrientes, ya que es exigente.

Es bastante vulnerable a las plagas, que parecen sentir predilección por ellos. Siempre que no sea una situación grave, puede recolectarse cuando el tomate empieza a tomar color o cuando ya ha crecido pero todavía está verde. Los tomates recogidos se dejan madurar en un lugar soleado a salvo de los bichos, por ejemplo, en una ventana alejada de la huerta. Con este método, se puede tener éxito en ciertas circunstancias, sin complicarse más.

Se dice que es una planta de tiempo cálido o clima cálido, aunque puede cultivarse todo el año si se emplea protección, como acolchado (paja, hojas secas o cobertura sintética), túneles o un invernadero.

Es conveniente plantar albahaca cerca, para repeler algunas plagas y atraer insectos polinizadores. Se dice, también, que mejora el crecimiento y el sabor de los tomates.

El espacio que ocupa la planta es aproximadamente 50cm x 50cm y las raíces son profundas, se recomienda como mínimo 30cm para cultivo en contenedores y arriba de 40cm es lo ideal. Se usan tutores para sostener la planta, ya que se cae por el peso y en el suelo es más susceptible a que los tomates sean atacados.

Hojas pecioladas y no pecioladas

A veces, en ciertas descripciones de vegetales se habla de "hojas pecioladas" y "hojas no pecioladas". ¿Qué significa esto? Para que se den una idea, el pecíolo es una especie de "palito" que une a la hoja con la rama o el tallo, en algunas plantas las hojas se unen directamente y, entonces, se dice que no son pecioladas.



Las ventajas de cultivar frutillas


La frutilla (también llamada fresa) es una planta fácil de cultivar y que requiere poco espacio. Por ser ricas y venderse relativamente caras, es conveniente cultivarlas. Es una planta perenne, que se seca en tiempo frío y vuelve a renacer en primavera, pero si se la protege de las heladas y del viento, se pueden obtener hasta tres cosechas anuales.

La planta se multiplica sola por estolones en verano, es decir, estira unas ramitas y las entierra, saliendo de ellas nuevas raíces, para dar origen a nuevas plantas. Éste es el método más habitual para multiplicar plantas de frutillas.

Esta planta no es muy alta, sino que al contrario permanece baja, extendiéndose a través del suelo. Si se desea cultivarla en macetas, aunque se puede usar recipientes poco profundos, lo recomendable es que como mínimo tengan 30cm de profundidad, para que la planta puede crecer grande y dar más frutillas.

Hay que cuidar a la planta del exceso de nitrógeno. Por lo demás, esta rosácea no requiere de cuidados especiales y es una muy buena opción en el cultivo.

Una excelente opción por la facilidad de cultivo, el poco espacio y el ahorro económico y, también, ¿por qué no decirlo?, porque algunos adoramos las frutillas con crema.

Cómo controlar a la araña roja: métodos efectivos



La araña roja o arañuela roja es un ácaro que parasita las plantas, muy pequeño y que puede apreciarse como un punto rojo, naranja o verde. Se alimenta de la savia vegetal. Su acción puede ser especialmente dañina y mortal incluso, ya que se multiplica rápidamente y en gran cantidad.

Los signos de que este ácaro está en nuestras plantas son picaduras, en forma de puntos. Se puede ver a las arañuelas rojas, si uno tiene buena vista y se acerca, como pequeños puntos, sobre todo en el envés de las hojas. Más tarde, aparecen telarañas. Las ramas de la planta se empiezan a secar.

Se dice que la araña roja viene en tiempos cálidos y secos. Probablemente, la falta de riego o el riego sin constancia, que permite que el suelo se seque, es lo que propicia su llegada.

Ante todo, no hay que creer en todas las soluciones que se presentan por ahí. Por ejemplo, el purín de ortigas no sólo no lo afecta sino que lo beneficia a este parásito. Cualquier forma de abonado (y el purín de ortigas lo es) hace que el follaje reverdezca y eso atrae a la araña roja. Lo que se debe entender es que la telaraña las protege de las cosas con que se rocíe, es como una especie de escudo. Aunque las arañuelas rojas de por sí podrían verse afectadas, la telaraña las salva y siempre volverán a brotar si se usan métodos incorrectos.

Como solución pasajera, para ganar algo de tiempo, se puede pasar un algodón o papel mojado por toda la planta afectada.

Y lo que debe hacerse para alejarla definitivamente es conseguir azufre agrícola, que es un azufre en polvo que se compra en tiendas relacionadas con las plantas. Esto se puede poner en una pantimedia y espolvorear sobre la planta, o también se puede disolver en agua y aplicar con un rociador. Las aplicaciones, en cualquiera de los dos casos, deben hacerse en una temporada de treinta días en que no haya días con más de treinta grados celsius de calor, porque podría quemar a la planta. Si llueve, se refuerza la aplicación después de la lluvia y, de todas maneras, es conveniente volver a aplicar a los quince días de la primera aplicación, para asegurarse de que se mueran todas las arañas rojas, por si quedó alguna viva. El azufre puede afectar un poco las hojas, pero después se recupera la planta.

viernes, 5 de junio de 2015

Caducifolios y perennifolios

Cuando hablamos de árboles y arbustos, podemos tener la duda sobre estas dos palabras, que se mencionan en artículos que hablen de frutales, jardinería y demás. Para aclarar esto, serviría mostrar el origen de estas palabras.  La terminación -folio o -folia hace referencia a las hojas. La primera parte, caduci- o perenni- nos habla de la propiedad de las hojas, caducifolios sería de hojas caducas y perennifolios, de hojas perenne.

Entonces, tenemos lo siguiente:

CADUCIFOLIOS: Son los árboles y arbustos que pierden las hojas en una temporada del año, que generalmente coincide con el otoño. Hay un período en el que la planta se queda sin hojas, aunque no esté muerta.

PERENNIFOLIOS: Son aquellos árboles y arbustos que mantienen un follaje vivo durante todo el año, es decir, que siempre tienen hojas vivas. Hay que saber que sí pierden hojas, pero lo hacen gradualmente.







Esto es algo que hay que tener en cuenta, por ejemplo, cuando se quiere transplantar un árbol, porque se hace de una forma diferente según sea caducifolio o perennifolio.